miércoles, 7 de diciembre de 2016

The Demons Inside Me ☆ Capítulo 1


¡Muy buenas un día más! Inauguro el mes de diciembre en Abracadabra con el primer capitulo de un nuevo mini-fic un tanto distinto a los románticos que suelo subir que espero os guste mucho y disfrutéis como ningún otro. La historia se centra en Krystal (f(x)) e irán apareciendo más personalidades conocidas en Corea, desde sus compañeros de agencia como algunos otros.

Me encantará leer vuestros comentarios con opiniones, teorías, sugerencias y cualquier otra cosa loca que se os ocurra, siempre hablando desde el respeto y haciendo exclusivamente críticas constructivas. Primero os dejaré la información general del mini-fic y después pasaremos al capítulo. ¡Disfrutadlo!

Título en inglés: The Demons Inside Me.
Título en español: Los demonios de mi interior.
Tipo: Yuri y hetero.
Grupos: f(x) y otros.
Pareja(s): JungSis, KrysNa, KaiStal, JungLi, TaengSic, y otras.
Género: Misterio, angst, drama.
Advertencias: Lenguaje malsonante y grosero. Consumo de drogas y alcohol. Sangre, muertes, torturas y desmembramientos. Mención a lime y lemon.
Otros: Mención e intervención de otros personajes.

Inspirado por la canción “Control” de la artista estadounidense Halsey.

Extensión: Mini-fic/Mini-serial.
Capítulos: 8 capítulos + Epílogo.
Narradora: Jung Soo Jung (Krystal).

Krystal siempre ha sido una chica más bien solitaria, manteniendo las distancias y concentrándose en sus pensamientos. Un día empieza a variar su comportamiento sin ninguna explicación, volviéndose aparentemente más sociable y acercándose todo tipo de personas en las que normalmente no suele tener interés. Mientras los que la rodean piensan que tan solo ha hecho un cambio para bien, dentro de su cuerpo y su cabeza todo va cuesta abajo, hasta tal punto de comenzar a escuchar voces que la obligan a actuar.



C A P Í T U L O     1
Susurros internos.

Siempre me han tomado por una chica apacible, fácil de tratar. Más bien fácil de esquivar y olvidar. Y la verdad es que no me quejo de la visión que tienen los demás de mí, así puedo actuar como me parece y nadie me juzga, o nadie está dispuesto a hacerlo.

La compañía de los libros y de mi ipod ha sido siempre más que suficiente, y ni siquiera me apetece pedir algo más, lo acabaría desperdiciando.

— Estás tardando mucho en desayunar Soojung. Como siempre —. Sooyeon tenía prisa por que me marchase a hacer mis cosas, todo por aquella chica; como siempre.

— Esta también es mi casa Sooyeon, no tengo por qué darme prisa en comer todas las mañanas —. Casi había terminado mi café y las magdalenas con las que solía acompañarlo, pero gracias a sus bonitas palabras me apeteció disfrutar lentamente de lo poco que quedaba sobre la encimera frente a mí, recibiendo miradas no demasiado agradables por su parte pero que a mí me supieron a gloria.

— Voy a hacer que te tragues hasta la taza como no acabes de una vez —. Giré la cabeza lentamente al escucharla, mirándola a los ojos mientras acababa de masticar.

— Pero qué agresiva desde por la mañana. If you continues like this you will have a lot of wrinkles, sis —. Me levanté de mi asiento en la cocina y cogí mi chaqueta mientras tanto, dirigiéndome muy poco después hasta la salida del apartamento.

— Deja de molestar de una vez. Te llamaré cuando puedas volver —. Puse los ojos en blanco al escucharla, abriendo al mismo tiempo la puerta y resignándome interiormente; también era mi casa y ella solo me echaba y no me permitía volver cualquier quisiese. La mejor hermana del mundo.

— Me buscaré un sitio donde pasar la noche, tú sigue preocupándote por ti y por tirarte a esa vieja —. Cerré antes de que tuviese tiempo para contestarme, sus palabras no me importaban lo más mínimo, siempre que fuesen sobre esa mujer.

Junto a mi mochila de cuero negro salí del edificio como cada mañana, golpeándome en la cara la fuerte brisa que solía hacer en Seúl cada otoño y que a mí no me molestaba, sino que me encantaba. Coloqué un poco mi cabello ahora revuelto por el viento antes de emprender el camino, el camino de siempre a ninguna parte.

Llevaba aproximadamente tres meses siguiendo la misma rutina, desde que Sooyeon decidió llevar a su nueva novia por primera vez al apartamento, y desde entonces se pasaban el día entero allí metidas, supuse que haciendo pausas en el sexo durante las comidas o para ir al servicio, pero nada más.

No es que me desagradasen las relaciones, solo que el estar metidas en la cama día tras día me resultaba de todo menos comprensible, al final te hartas y te aburres de la persona con la que compartes las sábanas. Al parecer entre ellas dos eso no había pasado, para mi mala suerte.


— Quizá deberías buscarte otra compañera de piso, así estarías tranquila —. A pesar de que la risa de Sunyoung siempre se me hacía adorable, puede que incluso sanadora en algunos aspectos, cuando se reía de mi situación llegaba a darme bastante rabia; para mí no era en absoluto gracioso.

— Te aseguro que si fueras tú la que estuviese pasando por algo así no te resultaría tan divertido —. Le di un nuevo bocado a mi plato de samgyeopsal mientras suspiraba mentalmente; realmente siempre teníamos esa conversación y aun así continuábamos dándole vueltas y más vueltas.

Sunyoung rió una última vez antes de concentrarse en terminar su almuerzo, al igual que yo, intercalando la comida con algunos tragos de soju; algunos dirían que esas horas no eran para tomar alcohol, pero esas personas sin duda no tenían que aguantar lo que yo.

— Bueno, pero hablaba en serio sobre que te mudaras. Podrías venir con Jinri y conmigo, sabes que tenemos una habitación de sobra —. La idea de vivir con mis mejores amigas, las única en realidad, se hacía bastante apetecible, pero por alguna extraña razón me costaba dejar a mi hermana, a pesar de lo mal que me estaba tratando últimamente.

— Lo pensaré. Gracias por tu apoyo, Luna —. Nos sonreímos antes de proseguir con la comida, dándonos cuenta de que debíamos darnos prisa si queríamos pasar a recoger a Jinri al aeropuerto.

Una vez acabamos nuestros platos pagamos la cuenta con rapidez y, tras recoger todas nuestras cosas, nos encaminamos al aeropuerto en el coche de Sunyoung. Siempre que me colocaba junto a ella en el asiento del copiloto recordaba lo mucho que había pasado desde la última vez que conduje y, aunque tenía ganas de poner las manos sobre un volante nuevamente, me decía a mí misma que mejor no debería: seguía siendo pésima por la autopista.


— No puedo creer que realmente hayas estado fuera tan solo tres días. ¡Llevas equipaje como para prestarle ropa, zapatos y complementos a todo el hotel! — Mientras ayudábamos a Jinri a llevar las maletas hasta su cuarto Sunyoung aprovechó para quejarse de la cantidad, que sí era demasiada para tan corto tiempo, pero tampoco debía exagerar tanto.

— Llevo lo necesario para estar preparada se presente la ocasión que se presente —. Como era habitual, Jinri tenía la respuesta perfecta que dar, lo que me causaba tanto ternura como risa.

Mientras se picaban un poco entre ellas yo llevé la parte del equipaje que me había sido asignado hasta la habitación de Jinri, al final del pasillo, justo al lado del baño y el cuarto de invitados, el que supuestamente era mío si lo quería.

Nada más dejar las maletas junto a la cama entré en el cuarto de invitados para echar un vistazo e imaginar lo que sería el instalarme allí; el poder desayunar tranquila, comer y cenar en casa y poder ducharme y entrar en mi propio baño cuando quisiese. Aunque fuesen cosas insignificantes, las echaba de menos, y deseaba volver a tener un hogar en el que realizar todo aquello.

Nuevamente Sooyeon me vino a la cabeza y la idea simplemente fue desechada por mi cerebro, con una facilidad realmente asombrosa; estaba claro que por mucho que sucediera entre nosotras, siempre iba a quererla y a depender de ella, me gustase o no.

— Creo que volveré ya a casa —. No había recibido la llamada de Sooyeon, aun era bastante temprano para lo que solían tardar, pero en ese momento poco me importaba; solo quería verla, y abrazarla si se dejaba, aunque lo dudé desde que la idea se me pasó por la cabeza.

— ¿Ya? Si a penas son las seis y media…¿Crees que a Jessica le hará mucha gracia que interrumpas su día con Taeyeon? — El simple hecho de escuchar el nombre de esa mujer hacía que se me revolviesen las tripas; para mí no era más que una vieja molesta.

— Me trae sin cuidado. Que me eche del apartamento si le parece, pero yo voy a ir a la hora que quiera; por algo es también mi casa —. Normalmente toda aquella “valentía” se me pasaba cuando iba a cruzar el umbral de la puerta del piso de mis amigas pero aquel día realmente no me importaba lo que pudiera decirme o hacerme Sooyeon; quería verla.


Esperaba que para cuando llegase al edificio Sooyeon me hubiese llamado ya para que volviera dado que la distancia entre mi casa y la de Sunyoung y Jinri era bastante amplia cuando se iba a pie, pero no sucedió, y cuando llegué a la puerta del apartamento me quedé mirando el número en relieve, esperando cualquier cosa.

Pude diferenciar fácilmente la voz de mi hermana; más bien sus gritos. ¿Cómo era posible que sus gemidos se escuchasen desde su cuarto hasta la puerta de entrada? Los vecinos deberían estar más que hartos, aunque seguro que no lo estaban más que yo; ni de lejos podrían estarlo. Se me frunció el ceño automáticamente.

No tenía ni idea de cómo iba a reaccionar, pero poco me importaba, simplemente saqué el juego de llaves de uno de mis bolsillos y abrí la puerta, haciendo todo el ruido que me fue posible, aunque no parecieron oírlo en un principio.

Caminé con decisión hasta llegar al pasillo que llevaba a las habitaciones, cruzando ágilmente el salón y depositando la pequeña mochila de tonos oscuros que siempre portaba conmigo en uno de los sillones. Me detuve junto a la puerta de mi cuarto, observando la entreabierta puerta de la habitación de Sooyeon, de la que provenían todos aquellos relativamente desagradables sonidos. Me alegra que me eche de casa en vez de hacerlo cuando estoy.

Comencé a dar los últimos pasos que me separaban de la escena que ya hacía un buen rato me estaba imaginando y que tan poco me agradaba incluso ver en mi mente. Finalmente me detuve junto a la puerta de Sooyeon y observé, con temor, la escena que se podía ver a través de aquel pequeño hueco.

Me encontré con el rostro de Sooyeon y con el de nadie más puesto que su acompañante parecía encontrarse bajo las sábanas en ese preciso instante. Ladeé ligeramente la cabeza mientras observaba el rostro de mi hermana, la que se estaba aferrando con fuerza al cabecero de la cama mientras mantenía los ojos cerrados y se mordía el labio, eso último siempre entre gemido y gemido.

No me fue difícil darme cuenta de que lo que realmente me molestaba de todo aquello era la persona con la cual retozaba entre sábanas, no ella, y mucho menos después de verla de aquella forma.

Me aparté de la puerta al ver que el movimiento bajo las sábanas cesaba y la mujer de mis pesadillas se colocaba frente a Sooyeon. Rápidamente me escabullí a mi cuarto sin hacer el menor ruido, cerrando la puerta con suavidad.

Acabé tumbada en mi cama, mirando fijamente el techo de la habitación, en completo silencio, tan solo disfrutando de aquello...Hasta que se volvieron a escuchar los gritos desde la estancia de al lado. Cerré los ojos para evadirme y centrarme en mis pensamientos, los cuales no pude evitar mezclar con aquel sonido una y otra vez.

No la soporto…¿Por qué tiene que fijarse en ella? Tan solo debería desaparecer.
Las voces comenzaron a sonar en mi cabeza, mi propia voz mezclada con otras completamente desconocidas pero familiares al mismo tiempo, llegando finalmente a una misma conclusión: Es hora de acabar con esto. Y lo haré yo misma.


Pasó poco menos de una hora hasta que acabaron de una vez por todas. Cuando las escuché despedirse y seguidamente la puerta de entrada cerrarse un alivio inmenso me inundó por completo; ahora todo estaba como yo quería.

Salí de mi cuarto con tranquilidad y me dirigí a la cocina, donde supuse que ahora se había dirigido Sooyeon. Efectivamente la encontré allí, con los brazos apoyados en la isla central de mármol, inclinada sobre ella misma mientras utilizaba su teléfono, supuse que para marcar mi número y avisarme de que podía volver a casa.

— No tienes que malgastar las llamadas, ya estoy aquí —. Se sobresaltó al escucharme, como era de esperar, y me miró con alivio al darse cuenta de que realmente era yo.

— Por dios Soojung, ¿desde hace cuánto que estás ahí? Me has asustado, y además has violado toda mi intimidad. ¿Dónde se han quedado tus modales y tus límites? — No escuché prácticamente nada de lo que dijo, tan solo me quedé observando su rostro, sobretodo aquellas pequeñas arrugas que aparecían siempre en sus ojos cuando me regañaba.

— ¿Por qué te gusta ella? No os veis nada bien juntas —. Me acerqué hasta quedar frente a ella mientras ponía los ojos en blanco, como si estuviera harta de escuchar mis quejas, pero yo no pensaba parar de preguntar ni de echarle en cara lo mucho que había cambiado desde que estaba con aquella mujer.

— A mí me gusta, eso debería ser suficiente —. Dirigió la mirada hacia donde estaba, quedando fija a la mía, lo que me hizo perderme durante unos segundos. — ¿Es que no quieres que sea feliz? ¿O tal vez tienes una candidata mejor para mí? — Enseguida tuve una respuesta para eso.

— Quiero que seas feliz. Y quiero que seas feliz conmigo, unnie —. soltó un breve suspiro antes de acariciar mi rostro, como hacía mucho que no hacía, recordándome varios de los buenos momentos que habíamos pasado juntas durante mis veintiún años de vida.

— Sabes que te quiero, más que a nadie, por mucho que pueda decir o hacer, ¿verdad que sí lo sabes? — Asentí sin ni siquiera pensarlo, a pesar de haberlo estado dudando constantemente durante los últimos tres meses, aunque en el fondo sabía que era sincera, o eso era lo que quería creer bajo cualquier circunstancia.

— ¿Crees que solo son celos de adolescente consentida, Sooyeon? — No fue necesario que contestase, con su mirada ya me lo había confirmado. Por supuesto me enfadé; ¿cómo podía llegar a creer algo así siquiera? Aquello eran mucho más que celos, para mí estaba claro.

— No tienes que ponerte melodramática, Krystal; siempre vamos a estar juntas —. Me besó la frente antes de tomar un refresco del frigorífico y volver a su cuarto, esta vez en solitario. Inevitablemente la seguí con la mirada hasta que desapareció de la cocina y me quedé sola, nuevamente pensativa.

Hablando no voy a llegar a nada con ella...Tendré que usar otros métodos para que lo entienda de una vez por todas. Las voces de mi cabeza me apoyaban y me animaban, justo lo que necesitaba para avanzar y sentirme como quería sentirme desde hacía mucho, muchísimo tiempo. Volvimos a llegar a la misma conclusión final, la más acertada, lo que debía hacer: Es hora de que Kim Tae Yeon desaparezca y deje de interponerse.

2 comentarios:

  1. ¿Acaso Krystal va a cargarse a Taeyeon? 😱 ¡Que fueeeeerte!

    Me ha parecido super impactante el capítulo para ser el primero, aún lo estoy flipando. Me ha encantado mucho, sobre todo, que hayas puesto a Krystal con un toque de loquera (?) 😂

    ¡Muy bueno! ¡La idea para la historia es genial! ❤️

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    1. Krystal va a hacer muchas cosas a lo largo de este fanfic, Taeyeon no va a ser la única en peligro.

      Me gusta haber causado ese efecto, si con tan poco se consigue crear el impacto no imagino lo que pensarás con los que van a seguir a este 😂

      Ojalá disfrutes el resto de capítulos <33

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